viernes, 8 de junio de 2012

la disección


a Alejandro Crotto 

un descuajeringado boca arriba,
bajo de abdomen, graves los escrotos,
peligra como el cosmos de lo bueno,
cosmos que, en mi niñez, indiferentes,
me dieran a entrever los peoncitos.

¿cómo olvidarlo? comejenes, larvas
entre las moras, río (¡los pedúnculos
y aromas del sentir!): parapetó,
daga sin mar, la piel
de un renacuajo en vida, lo cortó
en dos como se corta un vientre muerto
de una faena de hace mucho, sí.

el sapo, que era hembra (¡vaya Dios
a saber si era hembra!), el caporal
lo desgració, cortó como si nada
la bolsa de esos huevos que, rosáceos,
me fueron entregados sin demora
en un frasco de vidrio, que secó.

muchos años después, mostré la imagen.
esa foto recorre ahora galaxias,
nació de mí, inspirando
los estiletes de la disección.

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