domingo, 6 de febrero de 2011

Un autor olvidado

No hay emoción ahora. El cigarrillo
humea en la penumbra. (¿Quién habrá
hecho esta sinfonía? La fanfarria
que cierra el movimiento, la tragedia
que abre el siguiente no me lo revelan.)

Pasa un auto a lo lejos. Amanece
muy lentamente y la ciudad se pone
a trabajar. (Anoche no hubo Mona
en el Sargento. No hubo semblanteo
del cana mandamás, el veterano
-esa mirada cruel, que te cachea-,
a los que salen, a las cinco, a los
que intentan -necesitan- ir al baño
de la estación, cerrado hasta las seis.)

Dolor de espalda. Desperté a las dos,
pero de ayer. La gata está comiendo
del balanceado. Puede que me duerma
sin más. (Me tomo un vaso de agua
helada, transparente, refrescante,
un Lizarazu que degusto a solas.
Por hoy no hay maquinita de escarbar
secos escombros: nadie se lamenta,
y menos yo, que nombro lo que tengo.)

3 comentarios:

  1. G-E-N-I-O

    (che, se supone que el fondo de mi blog es negrito y la letra tiene que ser blanca. A veces se resiste a ser negrito... como M. Jackson)

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  2. Capaz que sea por mi linux, que no tiene las fuentes y demás de tu sitio. Eso explicaría un par de cosas, aunque no sé si es verdad.

    Gracias por las mayúsculas, por los guiones. :-) Gran beso.

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  3. Corrección: veo tu blog con colon letras pálidas, buen fondo negro, contastante. Beso.

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