lunes, 24 de agosto de 2009

Lunala habló

Enquistas, hematoma, reverberos
y tornasol. La vida, colapsada,
fagocitó estrambotes del ordeñe.
La reciedumbre, en vilo. Las esporas,
colon y santo, abjuran. Dicho el morbo,
la lechuga falaz. Los oxitracios,
vieja sentada, caca y sinapismos,
recapacitan tedio, miasma/esputos.
La Virgen, machucada. Las arenas,
el refucilo, el chueco. Joyas pulcras
y el maderamen mienten como moscas
y se entrometen con los tres galanes.
Tara del mes. Los trenes arreciaban.
Mi tilde es santiamén. Rubia quejica
contra escalón concuerda, columpiamos
arcángeles por chauchas. Maritornes,
pedúnculo sin tetas, caminó,
bragueta en orden, arrechucho/espalda.
Leñe su ser. Escolopendra herida
su sinrazón. Taimada vigilaba,
cuño y andén por hábito inculcado.
De refrendar, gemían. Paramecios
revoloteaban. Oro contumaz,
y la sardina. Bueno como el Naides.

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